Lula

Con la victoria de Trump, Lula queda expuesto. Con más razón ahora está llamado a revisar su política con la república bolivariana y dejar sin efecto el veto de Brasil a Venezuela en los Brics.

Son muchas las presiones que tiene en contra. Están de por medio las transnacionales que manejan las plataformas petroleras de Brasil e intervienen en la batalla energética y geopolítica. 

“Ay Jalisco, no te rajes”, es frase popular más allá de México. Nos avisa y advierte. Cabe para Luiz Ignácio Lula Da Silva, quien comenzó como uno más del vecindario, obrero metalúrgico, y hace poco, en la reunión de los Brics, se contradijo. Negó su propia historia, de luchador por otros horizontes. Sancionó a Venezuela y Nicaragua, e impidió que dieran el paso de formalizar su ingreso en ese grupo de países emergentes. Por ahora.

Después de la victoria de Trump está recogiendo velas. Su preferencia por la derrotada Kamala Harris lo deja expuesto. “Tenemos que tener mucho cuidado cuando lidiamos con otros países y otros presidentes. Yo creo que Maduro es un problema de Venezuela, no es un problema de Brasil, expone. Es posible que también esté pesando el llamado que hizo Putin a que Brasil y Venezuela, fijen puntos de acuerdo, vía diplomática.

Para leer artículo de opinión sobre la actuación de Brasil en los Brics: La actuación de Brasil en Brics: “Guerra avisada no mata soldados” –

La actuación de Brasil en Brics: “Guerra avisada no mata soldados”

Esa novísima declaración es apenas un primer paso, que puede ir en la dirección de dejar sin efecto el veto de Brasil a Venezuela en los Brics. Esa vendría a ser la rectificación esperada. Eso o Lula se pierde y desdibuja, caído en la desdicha de los políticos tibios, que luego son golpeados por el vendaval del envión neoliberal en marcha. Léase Cristina, Mujica y otros/ as. No hay dilema posible: sur o sur/ ser o no ser. 

La actuación del Brasil de Lula, en la cumbre de Kazán, dejó muchas dudas. El veto contra Venezuela, también golpea al resto de integrantes de los Brics, interesados en la participación petrolera venezolana.

Lula vaciló. No asistió. Tomó distancia. Sin embargo, los principales socios de los Brics, Rusia y China, reconocieron el valor de la presencia de Brasil, en esa entidad, y ratificaron a Dilma Rousef, como presidenta del Banco de los Brics.

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PELARON EL COBRE

En su huida hacia adelante, durante la cumbre, Lula olvidó que la actual Constitución brasileña, aprobada en 1988, siendo él constituyente, incluye postulados que favorecen el Estado de bienestar, como camino para superar la pobreza, la desigualdad y la exclusión. 

Todavía hay más. Precisa el periodista Beto Almeida que esa Constitución establece la no injerencia en los asuntos de los otros países, el respeto a la autodeterminación de los pueblos y que el objetivo de la República Federativa de Brasil es construir una comunidad latinoamericana. Son tres principios de la Constitución que dejó de lado. Le puso palos en la rueda a Venezuela, por sus reparos a la elección presidencial reciente. O sea.

En beisbol, lo de Lula fue un flaicito al cuadro. Se ubica cerca de Milei, un gobierno con el que no coincide tanto; un personaje que lo ve como un rojo vulgar y corriente. “Otro zurdo de mierda”, según el lenguaje al uso del Presidente de Argentina. Lula se aproxima a gobiernos no tan afines, que hacen de la crítica a la Venezuela bolivariana su menú preferido.

Lula reconoce a Dina Boluarte, quien llegó a la presidencia de Perú en un acto típico de lawfare, sin participar de ninguna elección, pero hace diplomacia del castigo contra Venezuela.

La buena fe se presume, la mala se comprueba. Lula recuperó su libertad, por las presiones que ejerció el gobierno de Biden. ¿Acaso Lula declaró su amor electoral por Kamala? No. Dice Foucault, que el poder se expresa desde el silencio, el propio y el que le impone a los demás. Eso. El triunfo de Trump mueve el tablero de la matrix imperial y Lula queda en posición incómoda.

¿Lula salió de la cárcel con una deuda con Estados Unidos? A ver vamos. La historia es reciente. Fue enviado a la cárcel en la operación Lava Jato (autolavado) organizada en la época del gobierno Obama-Biden. Luego fue rehabilitado en la era Biden y se convirtió en el vencedor en la elección presidencial de 2022. Su gobierno despertó expectativas, pero hasta ahora las privatizaciones acometidas por Jair Bolsonaro siguen intactas, entre ellas Electrobras, responsable de un tercio de la electricidad en Brasil. 

No es solo la posición de Lula. Esa es otra arista. Son Shell y British Petroleum que manejan las plataformas petroleras de Brasil, en la batalla energética y geopolítica. Es un juego nada inocente que toca de manera directa las inversiones petroleras en el Esequibo. Exxon Mobil desde luego está en la jugada contra Venezuela y los Brics.

José Saramago murió a los 87 años. Siempre fue el muchacho festivo, rebelde y reflexivo. Cada vez fue más crítico del poder. Ganó el Premio Nobel de Literatura y no se dejó seducir. En la novela El evangelio según Jesucristo, de 1991, que escribió cuando tenía cerca de 70 años, fue demoledor e implacable. Otros se cansan y se rinden, prefieren las aguas que bajan tibias.

Autor: Orlando Villalobos Finol

@orlandovillalobos26/ @pasionporeldiscurso

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