¿Dónde están los votos?
El 28 de julio estamos convocados alrededor de 22 millones y medio de electores en Venezuela, a decidir la suerte, el futuro, el todo o nada… patria o colonia.
De esa cantidad, se estima que 20 % son migrantes, por tanto, se sumarán a la abstención.
La jornada electoral comenzará con una primera cifra redonda y nada desestimable de abstencionistas.
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En el país, la población que está entre 18 y 24 años suma alrededor del 20%. Pero en el Registro Electoral Permanente (REP) solo llega al 6 %. Entre los más jóvenes ha habido resistencia a inscribirse en el REP. Una buena pregunta es ¿cuáles son las causas de la desafección (apatía) política? ¿En qué andan los más jóvenes? Tarea para la casa.
Como la campaña electoral requiere mensajes (relatos) dirigidos de manera directa y específica, para cada grupo etario, hay que aproximarse lo más posible a cada segmento. Hay que conocer y saber lo que ocurre en el territorio real y no virtual. En el pasado reciente eso no importaba tanto. Ahora el marketing que se afana en estimular el consumo promueve tendencias y preferencias para cada sector.
En un momento previo a un partido de la Copa América, a Salomón Rondón un periodista le preguntó por lo que escuchaba con unos audífonos y la respuesta fue música. “¿Cuál música?”… Canserbero. Allí está marcada la tendencia de cierto segmento, público o «tribu urbana».
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Por tanto, hay que revisar la situación de cada grupo. El que está entre 25 a 34 años es el 22 % del REP. El segmento de 35 a 49 años es el 31 % del registro y los mayores de 50 años son el 41 %. Conclusión a la vista, hay que insistir en una política para jubilados y pensionados que mejore a este grupo etario y olvidarse de suponer que son nuestros abuelitos, frase con indubitable carga peyorativa.
Hasta aquí una primera lectura. Repasemos las páginas.
Los mayores de 50 años son los más identificados con las banderas de la Revolución Bolivariana, porque vivieron la mejor etapa de este proyecto, conocieron el liderazgo e influencia de Chávez, supieron de una mejoría notable de los salarios y de los beneficios laborales. Avanzamos en una cultura de derechos. Aquí, ventaja para el chavismo.
El grupo que está entre 25 y 34 años vivió con más intensidad la disrupción violenta de las guarimbas. Algunos fueron captados por ese movimiento desestabilizador que trajeron ciertas ONG o al revés, fueron sus más firmes antagonistas.
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Luego el grupo que está entre los 18 y 24 años experimenta la mayor influencia de unas redes digitales, que fomentan la salida individualista y egocéntrica. Es el segmento menos interesado en la política, o quizás decididamente desinteresado. Vive el mundo selfie; las noticias falsas, las burbujas digitales y la mirada uniformadora de las series made in Netflix, que imponen el sentido común superficial e insípido, conveniente a la mirada neoliberal. Este segmento es una incógnita para una política revolucionaria, incluso para el chavismo que tiene pocos líderes en ese sector, en donde ciertos influencers y predicadores imponen su ley.
Autor: Orlando Villalobos Finol
@orlandovillalobos26/ @pasionporeldiscurso
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