La Convención Nacional “Demócrata” de los EE.UU. termina con resultados disímiles

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La CND

La CND se efectuó del 19 al 22 de agosto, después de la Convención Republicana del mes pasado. Ahora habrá un sprint final de 75 días hasta las elecciones, con eventuales debates televisivos y muchísimo lodo mediático, encabezado por los trumpistas, quienes acusarán a Kamala Harris de ser negra (o de no ser “suficientemente negra”), de ser mujer, de ser infiel a su esposo, de no ser madre, otras “maldades” inventadas y no podría faltar, que ella y T. Walz son “comunistas”.

El magno evento se llevó a cabo en dos lugares de Chicago: el United Center, albergó la programación y los discursos del horario de máxima audiencia destinados al consumo público. El McCormick Place, acogió las actividades diurnas, principalmente reuniones y asuntos oficiales del “partido”.

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La vicepresidenta Kamala Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota T. Walz, debían ser las estrellas del gran show (no lo fueron). K. Harris estuvo en Chicago durante los cuatro días de la CND. El martes viajó a Milwaukee para un evento de campaña pero regresó a Chicago ese mismo día.

Protestas en apoyo al pueblo palestino

Se efectuó una manifestación en defensa del pueblo palestino el domingo 18, cuando los delegados llegaban a Chicago antes de la CND, los manifestantes marcharon por la céntrica Avenida Michigan. “Tiene que ser una Convención segura, pacífica, vibrante y llena de energía”, dijo el alcalde demócrata Brandon Johnson. Manifestó que la ciudad permitiría que los manifestantes expresaran sus preocupaciones e insistió en que el Departamento de Policía de Chicago había sido entrenado para facilitar marchas pacíficas. Y así ocurrió, con algunas excepciones. El mes pasado las protestas ante la Convención Nacional Republicana fueron más pequeñas (en número de participantes) que las de Chicago ahora.

Aunque muchas de las protestas todos los días de la CND fueron de la izquierda “demócrata”, y de grupos de izquierda y ambientalistas en general, un grupo pro-Israel, el Consejo Israelí Americano, pidió la libertad de los rehenes israelíes cautivos de Hamas desde octubre pasado. A pesar de que no hubo represión masiva contra los que protestaban, la enorme presencia policial hacía difícil desplazarse y hasta caminar, en los alrededores del United Center.

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El problema de la inmigración, con alta y triste visibilidad

De los migrantes que llegan a EE.UU., muchos se ven en las calles de Chicago. El alcalde Johnson dijo que no intentará obligar a los migrantes a “que se escondan” durante la CND.

Los migrantes sin conocimientos de inglés o autorización oficial de trabajo, viven de venta ambulante ilegal a menudo es ignorada por las autoridades, como me comentó el policía municipal de origen portorriqueño T. R. : “Yo miro para otra parte, ellos necesitan comer”. Annie Gomberg, voluntaria ayudando a los inmigrantes dijo: “Se nos parte el corazón, no estamos acostumbrados a ver a tantas madres y niños en la calle vendiendo dulces y agua embotellada”. Desde finales de 2022, más de 46.600 nuevos migrantes han llegado a Chicago.

Retos que enfrentó la CND y sus momentos más relevantes

Lo primero que hay que decir es que la CND trató de ser, pero no fue, el cónclave político principal del “Partido Demócrata” de los EE.UU., una organización que está desnaturalizada, sin ideología, con políticas caóticas y sin un programa político o económico claro. En realidad la CND demostró que el “Partido Demócrata” no existe más como un partido, solo continúa usando su nombre como un paraguas para personas de variados objetivos políticos y sociales, desde la extrema derecha hasta la centro – izquierda. Más que otra cosa, un vehículo electoral, no un partido.

La CND día por día

Actividades del lunes 19 de agosto. Despedida de Biden

El alcalde de Chicago, B. Johnson y el gobernador de Illinois, JB Pritzker dieron la bienvenida a los delegados el lunes. Solo cortesías. El presidente J. Biden pronunció el discurso inaugural largo, tedioso, sin ideas, internacionalmente agresivo, auto – elogioso. Apoyó a Kamala y atacó bastante a Trump. 

El discurso de Hillary Clinton fue parecido, sin mucha cohesión o imaginación. Ambos son seres del pasado. Para los cubanos, el tiempo de Biden en la Casa Blanca será para siempre equivalente a abuso, maltrato e incumplimiento de lo prometido. Para decenas y decenas de millones de estadounidenses, el actual presidente se va en completa desgracia. Todos los oradores lo felicitaron, supuestamente en nombre del “decoro partidista”, en realidad confundiendo la compostura con la hipocresía.  Biden será pronto olvidado por todos.

El discurso más impactante de la primera jornada fue el de Alexandria Ocasio – Cortez, diciendo que apoyar a Kamala no era sólo para enfrentar a Trump, sino salir en defensa de los pobres, de las minorías, de las mujeres, de la clase media, del cuidado del medio ambiente, de estar contra las armas, de limitar la humillante desigualdad social que impera en el país. Bonita, expresiva y con un verbo incendiario, fue lo mejor de la noche en el United Center de Chicago. La intervención del senador Raphael Warnock también tocó puntos de gran importancia para toda la sociedad.

Martes 20 de agosto. Bernie Sanders se desencadena

Los oradores incluyeron al expresidente Barack Obama y a la ex primera dama Michelle Obama; el líder de la mayoría del Senado, Charles E. Schumer; el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries; y el esposo de Kamala Harris, Douglas Emhoff. Por larga distancia, el discurso de Bernie Sanders fue el más interesante, sincero y tocando los puntos críticos que debe abordar el futuro gobierno de Kamala, a quien apoyó decididamente.

Se realizó el conteo de votos de los delegados, de manera simbólica, ya que Harris se proclamó la nominada del partido para enfrentarse al republicano Donald Trump el 7 de agosto tras una votación virtual de los casi 4.500 delegados, que transfirieron en su gran mayoría sus votos de Biden a Harris, la aplastante mayoría de los delegados confirmó a Kamala – Walz como los candidatos del Partido Demócrata para presidenta y vicepresidente.

Se produjo una denuncia muy fuerte del trumpismo, aparentemente “fortalecido” con el apoyo del grupúsculo de lunáticos encabezado por Robert Kenendy Jr. Las intervenciones del expresidente Bill Clinton y de la líder de la mayoría emérita Nancy Pelosi no fueron nada del otro mundo, pero contribuyeron a una unidad cada vez más fuerte alrededor de Kamala Harris (objetivamente en contra de Trump). Se habló del problema migratorio, defendiendo un trato menos injusto a los migrantes, pero casi siempre desde un punto de vista humanístico y no de soluciones para enfrentar el problema. Varios gobernadores estaduales intervinieron, notablemente los de California G. Newsom y Pennsylvania J. Shapiro.

El gobernador de Minnesota, Tim Walz, aceptó la candidatura vicepresidencial, en un discurso vibrante y convincente, se expresó contra las armas de fuego, contra la violencia, a favor de la libre elección en el aborto, en defensa de los campesinos y la clase media. Habló mucho de “libertad individual” que los trumpistas quieren destruir. Se le vio campechano, emotivo y decidido a cumplir sus compromisos.

“El gran éxito de Kamala fue que logró entender que cosas los miles de delegados y decenas de millones de televidentes querían ver y oír de ella. También entendió que ella no era la protagonista de la CND, sino Donald Trump y que el inmenso rechazo contra él, se había constituido en el factor fundamental de unidad de las filas ‘demócratas’ e independientes”

Jueves 22 de agosto. “Adiós a las armas”, apoteosis de K. Harris y clausura.

Se produjeron muchas denuncias contra la violencia y la criminalidad imperantes en los EE.UU., y la necesidad de establecer de inmediato controles significativos de las armas de fuego y su desalmado comercio. Se mostró con el halcón derechista Leon Panetta (exsecretario de defensa y exdirector de la CIA) que Trump no tiene control de los militares y la “Comunidad de Inteligencia”. La Gobernadora de Michigan, G. Whitmer cortejo el voto femenino.

Kamala Harris “la novia de los Estados Unidos de América”, aceptó formalmente su candidatura para la presidencia. Su intervención fue conmovedora y el apoyo de los delegados, vibrante. Prometió ser la presidenta de todo el pueblo, no de un partido. El gran éxito de Kamala fue que logró entender que cosas los miles de delegados y decenas de millones de televidentes querían ver y oír de ella. También entendió que ella no era la protagonista de la CND, sino Donald Trump y que el inmenso rechazo contra él, se había constituido en el factor fundamental de unidad de las filas “demócratas” e independientes. La parte internacional de la intervención de Kamala fue pobrísima y reaccionaria. Concentró su esfuerzo en el peligro de Trump para el pueblo estadounidense, de cómo el controla al Tribunal Supremo, y que hay que derrotarlo decisivamente

La clausura fue bonita, bien elaborada e intrascendente.

Algunos comentarios sobre los resultados de la CND

En mi opinión, el principal protagonista de la CND fue Donald Trump. Se mencionó su nombre quizás 2 o 3 veces más que el de la candidata presidencial Kamala Harris. El expresidente y candidato presidencial fascista que se ha adueñado del Partido Republicano a punta de pistola, demostró ser el primordial elemento de unidad entre los delegados y otros asistentes a la CND.

Una calificada opinión de lo visto durante las jornadas de la CND nos la proporcionó el exvicepresidente de la Cámara de Representantes del estado de Connecticut, Edwin Vargas Jr. Dijo que “la situación actual del Partido Demócrata es reminiscente (desde el punto de vista de unidad solamente) de la del Partido Obrero Social Demócrata de Rusia en 1903, cuando se dividió entre Bolcheviques y Mencheviques. Sectores con ideologías y objetivos políticos diferentes no pueden convivir en un mismo partido. La CND es para actuar unidos por un candidato capaz de derrotar a Donald Trump y MAGA en noviembre, nada más, no hay un programa de partido ni mucho menos”.

En el caso del Partido Republicano, “la situación es diferente pero tampoco existe, ha sido un partido robado por Trump y una minoría fascista que controla a los demás y que son muy peligrosos para la sociedad estadounidense”, nos expresa también E. Vargas Jr., de origen portorriqueño, quien es un  gran defensor de Cuba y activo luchador contra el Bloqueo imperialista.

 

Durante la CND, las intervenciones de Michelle y Barack Obama fueron enérgicas, acogidas fervorosamente y vitoreadas por los asistentes. Tocaron temas de importancia para todos, denunciaron a la ultraderecha encabezada por Trump

Pero Bernie Sanders, entre aclamaciones recordó a la multitud de Chicago dónde estaba la nación cuando el expresidente Donald Trump dejó el cargo. «Estábamos en medio de la peor crisis de salud pública en 100 años y la peor recesión económica desde la Gran Depresión. 3.000 estadounidenses morían cada día y nuestros hospitales estaban abrumados con pacientes con COVID en todo el país», dijo Sanders. Sin elogiar directamente el Plan Económico de Kamala Harris dijo que era “un buen comienzo”.

Terminó Bernie Sanders su intervención —para mí la mejor de toda la CND— diciendo: “Esto que acabo de expresar, no es una agenda radical, pero déjenme decirles qué cosa sí es una agenda radical: el Proyecto 2025 de Trump”.

“El Partido ‘Demócrata’ no tiene un programa definido, si bien está clarísimo que las tendencias de hoy son mucho más progresistas que las de la administración de J. Biden. El Partido ‘Republicano’ de Trump sí tiene un programa, que es el expresado en el fascista ‘Proyecto 2025’, (Mein Kampf de nuestros días) aunque pretendan negarlo”

Aunque considero que la CND distó de ser un éxito, se logró, al menos, una fuerte unidad para enfrentar la oleada ultra reaccionaria de Trump y sus conmilitones de MAGA. A diferencia de la histriónica Convención Republicana de Milwaukee, la CND era muchísimo más seria, franca y profesional. Kamala mostró una imagen mucho más respetable que el criminal convicto D. Trump. Puntos débiles fueron:

Una atención disminuida en los asuntos internacionales, incluyendo Gaza —que solo se mencionó significativamente en una ocasión y tangencialmente en otras tratando de poner un signo de igualdad entre los sufrimientos de los israelíes y los palestinos. Sobre Ucrania poco y torpe, y del resto del mundo casi nada. Acerca de Cuba, se habló en los pasillos, casi siempre positivamente, contra el Bloqueo y de la necesidad de llevar las relaciones a un nivel al menos donde las dejó Obama. Cuando pregunté sobre la importancia de sacar a Cuba de la Lista de Países Terroristas, varias personas me dijeron sonriendo “usted está atrasado, eso ya lo hizo Obama hace muchos años”. Sin comentarios.

Se mencionaron insistentemente los problemas sociales particulares como el racismo, odio de género, odio contra LBTQ, el tema de la violencia y en menor medida de ponerle fuertes controles a la venta de armas, la necesidad de que quienes más tengan paguen más impuestos (y aporten más a la sociedad), etc. Pero con la excepción de Bernie Sanders y en menor medida Barack Obama, no hablaron en voz alta de la desigualdad capitalista, como la causa de todo ello.

“Se hizo un gran esfuerzo en insistir que Kamala y Walz traerían de regreso la alegría y la esperanza, en vez del odio y la desesperación de una era fascista. Se obtuvo una unidad muy alta contra Trump, incluyendo a todas las tendencias dentro del partido y de gran parte de las organizaciones de izquierda. Incluso de republicanos muy derechistas que están contra Trump”

El Partido “Demócrata” no tiene un programa definido, si bien está clarísimo que las tendencias de hoy son mucho más progresistas que las de la administración de J. Biden. El Partido “Republicano” de Trump sí tiene un programa, que es el expresado en el fascista “Proyecto 2025”, (Mein Kampf de nuestros días) aunque pretendan negarlo. En cambio, los sectores políticos agrupados bajo el paraguas del Partido “Demócrata”, carecen de un programa estratégico de gobierno. Y no lo pueden tener, porque la única estrategia sensata, que es el desmantelamiento del capitalismo y el imperialismo, es irracional para una organización política burguesa.

El que el exvicepresidente Al Gore, delegado por Tennessee, no hablara públicamente en la tribuna en la CND, fue en opinión de varios delegados, es que no se quería dar la debida importancia y énfasis a los problemas ambientales y de mitigación de los cambios climáticos, temas que él representa ante una gran parte del pueblo estadounidense.

La denuncia contra el comercio de armas de fuego y contra la NRA fue incompleta, pero surtió efecto y generó un enorme apoyo entre los asistentes. Destacadas intervenciones de los delegados, Gloria Johnson, Justin Jones y Justin Pearson

Kamala Harris demostró en todo momento un buen balance comunicando con los votantes y sus delegados. Es, sin duda alguna, una competidora muy sólida contra D. Trump, lo que no quiere decir que vaya a ser una buena presidenta de seguro. La CND concluyó como se esperaba, sin un programa concreto de gobierno aprobado por los delegados del fantasmagórico “Partido Demócrata”. 

Se hizo un gran esfuerzo en insistir que Kamala y Walz traerían de regreso la alegría y la esperanza, en vez del odio y la desesperación de una era fascista. Se obtuvo una unidad muy alta contra Trump, incluyendo a todas las tendencias dentro del partido y de gran parte de las organizaciones de izquierda. Incluso de republicanos muy derechistas que están contra Trump. Al respecto una joven líder de “Demócratas Socialistas de América” delegada por New Jersey, me dijo que ella “desconfiaba del método de venderle el alma al diablo, pretextando que es para combatir al diablo”.

Quedó claro que la CND ha reducido las expectativas de una victoria electoral limpia para D. Trump y aumentado las de Kamala Harris, cuando se efectúen las elecciones generales el próximo 5 de noviembre. Los candidatos “demócratas” incluso acarician la idea de una “trifecta”, es decir, ganar la Casa Blanca, mantener el control del Senado y recuperar la Cámara de Representantes, aunque es difícil de lograr.

Se vio la CND por  un total de más de 100 millones de telespectadores, en los 50 estados del país. En la noche final, el discurso de aceptación de Kamala Harris fue visto por un estimado 30 % mayor que a Trump hace un mes (en algunos momentos llegó ayer a 57 millones de televidentes, el doble de los que vieron al criminal convicto).

Autor: José R. Oro/ Cubadebate

Para leer este artículo en su fuente original: Cubadebate

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