EXCLUSIVO. Canserbero: si te digo que te creo

Tras 9 años de su asesinato el cantante venezolano de rap, Canserbero, sigue posicionándose como uno de los músicos más escuchados en plataformas como Spotify y YouTube, superando a varios artistas de renombre.
Con Canserbero surge la tentación de proclamar aquel “y sin embargo se mueve” de Galileo. Ocho años después de su asesinato su figura crece como el ave fénix. Eso hace que el suyo sea un caso a tener en cuenta para aproximarse a las coordenadas culturales y sociales actuales.
Mirá estos números según la métrica de Spotify. Este artista tiene para el miércoles 9 de enero de 2024, 6 millones (M) 800 mil “oyentes mensuales”, que es la categoría que usa esta plataforma de la música.
¿Eso es mucho? Revisemos otros registros de músicos venezolanos. Para el mismo día, Oscar De León aparece con 2. 600 M de oyentes, Guaco, 646 mil; Billos, un millón 600 mil; Alfredo Sadel, 11 mil. Así pudiéramos seguir.
Canserbero en esta plataforma supera a figuras de renombre como Fito Páez, 4.1 millones; Charly García, 3 M; Joaquín Sabina, 3.1 M; Serrat, 1.6 M.
Desde luego en Spotify hay otros artistas millonarios en audiencia: Queen, 59.4 M; The Beatles, 32.1 M; Luis Miguel, 19.1 M. Cierro con Taylor Swift, 108.2 M.
En YouTube, Canserbero tiene en su canal 7.3 M de seguidores.
Con esta ponderación en la mano, cabe preguntarse por qué tanta audiencia. “Algo tendrá el agua cuando la bendicen”.
Existía una leyenda de un tal Florentino
¿Cuáles son los temas de Canserbero? ¿Por qué tantos seguidores y audiencia?
Tyrone José González Oramas, Canserbero (1988-2015), no llegó a una producción de cien canciones. Letras.com reúne 82 canciones suyas. Fue cantante de rap y hip hop. Esa es una descripción básica, harto conocida.
Insurge con sus canciones desde abajo. Comenzó desde lo underground hasta convertirse en la referencia que ha llegado a ser. Quizás ignoró, no se dio cuenta, el inmenso impacto de su laburo. O no le interesó.
Enarbola un mensaje disruptivo; una catarsis que no deja títere con cabeza. Redescubre la magia. Descree de tótems, discursos premiados y alabados, teorías “únicas” y paraísos prometidos. Descreído al máximo: “si algún día te digo que te creo, no me creas que te creo porque ya, no creo ni en mi reflejo”.
Anotemos esta otra frase: “vivimos entrenando para hacer dinero o estudiando cosas que a veces ni siquiera queremos, esculpiendo nuestros cuerpos pa’ estar buenas y buenos pues sabemos que pa’ ver corazones todos son ciegos”. A veces crítico: “Nunca será una solución dar educación a los pobres si lo que les das es una pobre educación”.
Canserbero avanza cual lanzallamas, atacando y demoliendo: “recordé que en la tierra donde había nacido, existía una leyenda del diablo con un tal Florentino. Obviamente un cuento, pero inteligente para irme de este infierno. Infierno literalmente”.
Esas letras que van desgranando desgracias, dolores y arrecheras; frustraciones y desencanto, que se salen del redil de las explicaciones formales al uso, de lo que predijo este o aquel autor, encuentra eco en poblaciones juveniles que no encuentran redención en las teorías consagradas, ni en los versos difundidos.
Es la decepción que viene de la América profunda, y de más allá, que vive en carne propia, de manera directa, la distopía de descender hasta el infierno del presente continuo, sin futuro ni utopía, sin el prometido mañana distinto. Es el cuadro de pobreza extrema y desencanto espiritual, mental e intelectual de unas políticas neoliberales que siembran desigualdad, más pobreza y más tristeza.
¿Y la esperanza? Canserbero no baja la guardia: “Hembras como ella, nacieron para inspirar guerras”.
La puta calle
No aparecen en Canserbero las propuestas para transformar todo eso que rechaza. En rigor, tampoco es tarea suya. Es alguien que hace arte a su manera, sin dar, ni pedir permiso.
Se cuenta que en la victoria del derechista Javier Milei, en Argentina, diciembre de 2023, sumaron mayoritariamente sus votos los más jóvenes, en un país donde se puede votar desde los 16 años. Hartos ya de estar hartos, sin utopía contagiante, sin una lectura de los tiempos en desarrollo, eligen a un Robin Hood invertido, que hace leyes y políticas para favorecer a los dueños de todo, y hace crecer la pobreza.
El dato de ese comportamiento de los más jóvenes está a la vista y merece una reacción tan urgente como estratégica.
Canserbero muestra esa manera de ver la realidad que no está en los medios masivos, que se le escapa a los maestros y que la política sin poesía desconoce. “Es que se ha confundido la felicidad con dinero en exceso, mientras la vida se escapa sin retroceso”, dice en su letra.
Dejó esa huella de inconformidad y esa manera distinta de ver lo que sucede. A veces como catarsis, otras como pedrada irreverente o “saltaperico”. Nadie le dijo lo que ocurría en la puta calle porque de eso sabía. Sus canciones siguen. También su reclamo.
Autor: Orlando Villalobos Finol
@orlandovillalobos26/ @pasionporeldiscurso

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